Reflexiones

Orgullosos de ser venezolanos Hoy, si consideramos el proceso del origen y la evolución del hombre,  les podría decir que no sólo est...

martes, 16 de agosto de 2016


Individuo, Familia y Sociedad


A partir del año 1989 es cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprueba por unanimidad, la Convención Internacional Sobre los Derechos del Niño (CIDN), con lo que se logró transformar necesidades en derechos; es decir, antes, el niño tenía necesidad de educación y salud, después de la Convención tiene derecho a la educación y a la salud. La diferencia reside en la exigibilidad de esos derechos, al reformular de manera definitiva las relaciones entre la infancia y la ley. Se abandonó el concepto de niño como sujeto tutelo para adoptar el concepto del niño como sujeto de derechos, entendiéndose por tal, “la habilitación para demandar, actuar y proponer” (LOPNA). Sin embargo, es a partir de 1990 cuando Venezuela ratifica la convención y la hace Ley de la República mediante la Gaceta Oficial Nº 34.541 y, asume con los niños y adolescentes del país el compromiso de brindarles protección integral.
En tal sentido, la Convención en su preámbulo dice expresamente que “el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”.
No obstante, la composición familiar ha cambiado de forma drástica a partir de la industrialización de la sociedad. En los últimos tiempos se ha desarrollado un considerable aumento de la tasa de divorcios; el prototipo familiar es monoparental, es decir, representada por el padre o la madre, en el pasado producto del fallecimiento de uno de los dos; en el presente, padre o madre casado en segundas nupcias, familias sin hijos, divorcios y, en muchos de los casos las mal llamadas “madres solteras”.
Por lo tanto, hoy día, el concepto de familia es analizado desde diversas perspectivas. Así, es visto desde los ámbitos sociológico, jurídico, ético, biológico y psicológico. Sin embargo, para poder interpretar en forma exacta lo que es la familia conviene conocer tanto el significado etimológico del término como el origen y evolución de la misma a través del tiempo. De acuerdo con Aveledo (1985):

La palabra castellana familia proviene del latín “familia”, de “famulus”. A su vez la voz latina “famulus” deriva del osco (lengua de un antiguo pueblo de Italia Central) “famel” que quiere decir siervo, y más remotamente del sánscrito (legua sagrada de los brahmanes o sacerdotes que forman la primera de las castas hereditarias de la India), “vama”, que significa habitación, casa. Partiendo de esta etimología, en la antigüedad se consideraba familia al conjunto de personas y esclavos que habitaban con el señor de la casa.

Sin embargo, a través del tiempo, cada civilización ha tenido su propia concepción de la familia, en concordancia con sus creencias religiosas, sus costumbres y su sistema de vida. Así, se han venido presentando diversas formas de organización familiar de acuerdo a la realidad social, económica y política de cada cultura, entre ellas: familias extendidas, amplias en estructura, funciones y jerarquías donde conviven abuelos, abuelas, padres, madres, hijos, nietos, entre otros. Familia nuclear, constituida por padre, madre e hijos. Familias monogámicas, siendo aquella en la que la pareja mantienen el respeto y la fidelidad mutua. Familias heterogámicas donde cohabitan más de dos personas simultáneamente, según sea el caso o la cultura.
En tal sentido, no se puede estudiar al individuo en su dimensión exacta, a no ser a través de su estructura familiar. Pues, el mundo de sensaciones, percepciones, sentimientos, emociones, reflejos y aprendizajes que implica el desarrollo integral del ser humano, se inicia en la familia, por lo que ha de ser considerada el espacio fundamental para el desarrollo integral de cada persona.
De allí que, la familia ejerce un papel de primer orden en el desarrollo integral del niño, niña y adolescente, por lo que su compromiso es el de orientar las primeras experiencias intelectuales, emocionales y sociales tendentes a sentar las bases para el desempeño de su vida adulta. Con ello, queda asentado, que el equilibrio emocional de cualquier niño, niña dependerá de cómo se hayan ocupado afectivamente de él o  de ella durante sus primeros años de vida, un ambiente familiar con actitudes socioculturales deprimidas puede privar al niño o niña de los estímulos necesarios que permitirán el desarrollo de su personalidad, inteligencia y socialización, lo cual posteriormente, podría traducirse por ejemplo, en bajo rendimiento escolar o alguna patología social.
Por tanto, es a la familia a quien se le atribuye gran importancia en la formación de la persona tanto en lo social como en lo político y lo económico; como institución primaria que es, ejerce poderosa influencia en la personalidad de sus miembros y consecuentemente de los grupos sociales. Es el primer instrumento de socialización del ser humano y el más significativo elemento de conservación de las riquezas culturales, morales y jurídicas, que son transmitidas de unas a otras generaciones.


Susana Muñoz
susanamc1974@gmail.com

Familia, Educación y Sociedad

Hoy, el Ejecutivo Nacional y todos los entes gubernamentales se encuentran en una constante búsqueda de soluciones para ultimar los actos delictivos que suelen impresionar a diario a la colectividad. Se habla de crear sistemas de alta seguridad, programas sociales, mesas de trabajo y acuerdos políticos, pasando por alto la base fundamental o asociación natural que ha dado origen a nuestra sociedad, la familia.
En la actualidad, ya no prevalecen los valores sino los antivalores lo cual puede ser producto del entorno familiar,  siendo allí donde el ser humano configura su vida desde el punto de vista social. Sencillamente, la dura realidad es que en muchos hogares se cultiva sentimientos de negatividad generando a la persona afectada situaciones como la desadaptación y el enfrentamiento con la sociedad. Por regla general, cada individuo es el resultado, en gran medida, del trato que recibe en el seno familiar.
No sólo se trata de crear programas sociales para aminorar la pobreza ya que hay familias carentes de lujos y comodidad que suelen formar a sus hijos con amor, humildad, respeto  y honestidad. De allí que, no basta con invertir en sistemas de alta seguridad si no se hace un abordaje exhaustivo de cada situación familiar sin distingo de religión, raza y estatus social y, de esta manera, contrarrestar la violencia y los actos delictivos, que invaden día a día a nuestra sociedad. Pues, como diría el famoso psicólogo caraqueño, Manuel Barroso, “tenemos más aulas pero menos calidad escolar, tenemos más hospitales pero menos médicos entregados al amor del paciente, tenemos más policías pero más delincuencia e inseguridad…”. A esto le sumo, más formadores pero menos orientadores en cada ámbito educativo y social; niños, niñas y adolescentes que asisten a la escuela con deseos de  jugar pero sin ánimos de estudiar, crear, pensar y soñar; provenientes de hogares sin padre, madre o conflictos familiares; víctimas de maltrato, abandono o peor aún de abuso sexual.
Es por ello,  que debemos brindar una educación de calidad, para que cada niño y niña reciba una verdadera formación integral, erradicando el abandono, el maltrato, la pobreza y la deserción escolar para evitar que las nuevas generaciones sean los protagonistas de este flagelo social.
                                                                  
Susana Muñoz


domingo, 14 de agosto de 2016

Orgullosos de ser venezolanos


Hoy, si consideramos el proceso del origen y la evolución del hombre,  les podría decir que no sólo estamos viviendo un absurdo, sino más bien, según la explicación teórica de Charles Darwin “desde el momento en que sólo un pequeño número de individuos procreados alcanza la madurez debe existir una lucha por la supervivencia”.  Aún en la era más moderna, dicha teoría volvió a cobrar vigor. A tal punto, que cualquier observador perspicaz si presta atención a todo lo que nos rodea, se dará cuenta de las adversidades por la que atraviesa nuestra sociedad. Podría afirmar, que individuos de una misma especie han quedado separados por un acontecer político que sólo se resume en dos elementos, tal como diría el biólogo francés Jacques Mond: “el azar y la necesidad”.
En los actuales momentos, todo es incierto a causa de una lucha de poderes que afecta notablemente la integridad de nuestro país; estamos inmersos en un ambiente donde prevalece la ambición, el egoísmo, la violencia, la inseguridad, personas llenas de ira, angustia y lamentos. Día a día desechamos de nuestra lengua materna “el nosotros”, para convertirnos en seres individualistas ansiosos por obtener el beneficio de sí mismo, ignorando las necesidades del otro.
En medio de este fatídico comportamiento unos atribuyen la culpa a Dios, otros a la situación política del país, mientras el ignorante manifiesta “esto no tiene remedio”. No olvidemos que somos parte de un conglomerado con la particularidad de ser venezolanos y, más allá del caos y de una coyuntura política está nuestra convicción, nuestra idiosincrasia y nuestro acervo cultural, lleno de pequeñas cosas inquebrantables que nos caracterizan como seres dignos de una sociedad.
De allí que, somos parte de esta contingencia política, económica y social. Por lo tanto, no eres tú, no es él, no son ellos, somos nosotros los actores claves para un verdadero proceso de cambio.
¡Demos el primer paso, sintiéndonos orgullosos de ser venezolanos!

Susana Muñoz
Susanamc1974@gmail.com